lunes, 30 de enero de 2012

A finales de enero, un día cualquiera

Una mañana fría, oscura y silenciosa. Nada nuevo, típica imagen un día cualquiera de enero. La gran ciudad se va despertando poco a poco. Los coches arrancan una vez más. Yo... pensando en mi propio bien, al menos una hora al día. El resto de tiempo lo dedico a mis seres tan queridos. Me resulta raro reflexionar mientras respiro el aire que congela mis labios. Pero cuando llego a casa, el calor del pasillo me lleva hasta mi habitación, la puerta hacia mi mundo. Es entonces cuando me siento orgulloso de mi mismo. 
Para muchos, estamos en una época de estrés, agobio... Yo me encuentro tranquilo. Con ganas de hacer todo lo posible para que siga así de tranquilo, contento y satisfecho. Además, estoy dispuesto a ayudar a quien quiera sentirse igual como yo. No es difícil, pero tampoco es nada fácil si no sabes como ver las cosas desde otra perspectiva. 
En fin, espero que todo siga bien y que la suerte me acompañe al menos estas dos semanas, la nueva que acabamos de estrenar y la siguiente. No pido más. 
¡Feliz fin de mes a todo el Mundo!

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